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Opinión

La dificultad de despegarse de la mala fama

Nagore Vivanco / Bilbao - 10/12/2014

La mala fama que otorga a la zona el barrio de San Francisco viene de lustros. Delincuencia, drogas, prostitución, entre otros, son elementos adheridos a la descripción del barrio de manera sistemática. No obstante, Bilbao la Vieja, Zabala y el citado San Francisco componen un paraje digno de visita y disfrute que contrasta con la visión borrosa de quienes aún ven la zona como más problemática que habitable.

Bien merece dar al tema un rasgo contextual en cuanto a la inmigración. Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala pertenecen al distrito bilbaíno de Ibaiondo. Y es precisamente en Ibaiondo donde se concentra el mayor número de inmigrantes. En datos de 2012, la población extranjera del distrito se eleva al 27’1% de todo Bilbao, un 10´6% más que Rekalde.

 

En números menos estadísticos y dejando Ibaiondo para centrarnos en nuestra zona, son 3.984 los extranjeros residentes; 2.422 hombres y 1.562 mujeres. Entre éstos y autóctonos Bilbao la Vieja, Zabala y San Francisco suman más de 15.000 habitantes. Este último es el barrio demográficamente más importante y también el que mayor volumen de inmigrantes acoge, ya que el 57% de las personas magrebíes están ubicadas en San Francisco, así como el 74,4% de las originarias del África Subsahariana y el 60,3% de las latinoamericanas.

 

 

Las diferentes procedencias, etnias y culturas formar una mezcla llamativa según uno se adentra a sus calles. Y ello combina con una arquitectura gris y de otra época, que contrasta con el nuevo Bilbao que ha asombrado al mundo por deshacerse del manto industrial para enfundarse la vestimenta del turismo y la modernidad.

 

El ambiente en Bilbao la Vieja es especial. Como entrar en el ‘botxo’ que se ve en los documentales de antaño, el de las inundaciones del 83, pero con nuevos bilbaínos llegados de otro mundo. Diferentes idiomas a cada paso. Diferentes culturas en cada mesa de un bar. Diferentes productos en cada tienda. Y, eso sí, una vigilancia policial que hace la zona segura. Es más, en Zabalburu, sin tan mala fama, se llevaron a cabo protestas en octubre de 2012 por la delincuencia. En definitiva, hablamos de famas y famas.

 

Lo evidente a día de hoy, es que pasear por ‘Bilvi’ es totalmente seguro y una experiencia que no deja indiferente a nadie. Para hacer el contraste más grande y rico, el consejo es pasear desde San Mamés, ir por la ría y, llegado el momento, desviarse hacia Las Cortes. Ahí es donde uno se da cuenta de las dos caras de Bilbao. La moderna, internacional y admirable y la vieja, la que poco a poco se va quitando la fama de peligrosa e inhabitable.

Fotos: María Pastor y Nagore Vivanco

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