Entrevistas, Cultura
La Otxoa: “Los niños en San Francisco éramos muy felices”
Naroa Luquín / Bilbao - 5/12/2014


Jose Antonio Nielfa, más conocido como La Otxoa, posa ante su bar. // Foto: María Pastor
Nielfa abandonó su hogar con 18 años “dejando el barrio muy sano” y ahora, cada vez que pasa accidentalmente, o para ir a cortarse el pelo a “la peluquería de toda la vida”, dice que le da mucha pena sobre todo “porque la gente joven piense que siempre ha sido así”. El cantante atribuye el cambio a un error político. "Los políticos lo plantearon muy mal al rehabilitar el barrio, vino gente que no estaba socialmente a la altura de convivir con gente que vivía aquí”. En opinión de Nielfa las reformas que se llevaron a cabo para rehabilitar el barrio no contaban con el apoyo de los vecinos y tuvieron como consecuencia un cambio que “ha sido por conveniencia política, cuando les dé la gana lo limpiaran y se forrarán”.
Cuando le preguntamos por su negocio, el conocido Pub La Otxoa, en el que dice, “se han cocido hasta alcaldías”, Jose Antonio cuenta que actualmente está en manos de sus sobrinos pero el “anda por allí” porque “Jose Antonio está jubilado, pero La Otxoa no”.
La Otxoa sueña con un San Francisco que esté “a la altura de todo Bilbao”, sin embargo ha perdido la esperanza en que “vuelva a ser lo que fue antes”, relata. “Me gustaría equivocarme, porque éramos muy felices los niños allí”, expresa, y con los ojos entristecidos por la nostalgia de no volver a contemplar el escenario que lo vio nacer, lamenta: “es una pena que no lo hayáis podido conocer”.
La Otxoa tenía 7 u 8 años, no lo recuerda bien, pero recuerda con una increíble precisión descriptiva su barrio, San Francisco, al que su memoria nostálgica bautiza como el “barrio más vivo de todo Bilbao”. Junto al bar que su familia tenía en la calle San Francisco cuenta que había una carpintería que poseía un nido de palomas mensajeras. Cada día de partido del Athletic, un vendedor de lotería de Bilbao cogía las palomas de su bar y llevaba al pequeño de la mano hasta San Mames. Desde allí, en cada gol, el hombre soltaba una paloma para que los enfermos de Santa Marina supieran que su equipo había metido gol. “Esta es la realidad y la esencia de lo que era San Francisco” para el humorista bilbaíno, un núcleo de bondad y felicidad.
Nacido en la calle San Francisco en 1947, La Otxoa, de nombre José Antonio y de apellido Nielfa, lleva en la sangre aquellos cabarets que vieron nacer las Cortes en los años 70 y la poesía de sus tacones y lentejuelas lo han convertido en uno de los personajes más emblemáticos de Bilbao. San Francisco, el amado barrio de su infancia, fue el punto de partida en el que encontró la vocación de toda su carrera y lo recuerda como “un barrio muy alegre, con mucha vida, gente de clase media y, sobre todo, gente muy de Bilbao”
Punto de encuentro para la espuela de los chiquiteros, el comercio más importante de Bilbao, los mejores restaurantes, “el cine Colón, el Cine Eliseo, el cine Vizcaya”. Jose Antonio habla y dibuja un barrio que se asemeja al Casco Viejo de hoy. “San Francisco era como hoy puede ser el Casco Viejo pero mucho más alegre, un lugar maravilloso, con gente maravillosa, con la gente más alegre y cachonda de todo Bilbao, había calor humano entre los vecinos”, dice. Una alegría que se desvaneció con los años 70 y con la partida de La Otxoa.
La Otxoa habla sobre la época dorada de Bilbao la Vieja, San Francisco y Zabala. // Video: Janire Sainz